domingo, 6 de febrero de 2011

Guerra de Yom Kipur


La Guerra de Yom Kipur (o Iom Kipur), también conocida como Guerra del Ramadán o Guerra de Octubre, fue un enfrentamiento armado a gran escala entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria dentro del denominado conflicto árabe-israelí. Supuso la última guerra total, en múltiples frentes, entre Israel y sus vecinos árabes, y un punto de inflexión en la historia de dicho conflicto. Egipto y Siria lanzaron una ofensiva militar por sorpresa contra Israel coincidiendo con la festividad hebrea del Yom Kipur (6 de octubre de 1973), traspasando la línea de armisticio del Sinaí y de los Altos del Golán, que habían sido conquistados por Israel durante la Guerra de los Seis Días en 1967.

Causas de la guerra

El conflicto durante muchos años entre los judíos israelíes y los árabes sobre el control de la región de la Palestina histórica había dado lugar a guerras en 1948 (Guerra árabe-israelí de 1948), 1956 (Guerra de Suez) y 1967 (Guerra de los Seis Días).
En la Guerra de los Seis Días, Israel había conseguido conquistar la península del Sinaí y la Franja de Gaza de manos egipcias, los Altos del Golán a Siria, y Cisjordania y Jerusalén oriental a Jordania. En 1968, la ONU adoptó la resolución 242 en la que conminaba al Estado de Israel al regreso a las fronteras anteriores de la guerra y a los países árabes al reconocimiento de dicho Estado. Sin embargo, ninguno de los dos bandos acató la resolución, y los enfrentamientos fronterizos, con mayor o menor virulencia, se mantuvieron en el tiempo.

El sucesor del presidente egipcio Nasser, Anwar el-Sadat, realizó una ofensiva diplomática para la retirada de Israel, a la vez que rearmaba y preparaba su ejército. A pesar de diversas resoluciones de las Naciones Unidas, Israel se negaba a retirarse sin garantías de paz, con el apoyo explícito de Estados Unidos, creyendo ambos en la incapacidad de los ejércitos árabes para lanzar una ofensiva.

No obstante, la Unión Soviética, que apoyó a las naciones árabes durante las guerras anteriores, había aprovisionado a Egipto con nuevo y más moderno material militar. Egipto y Siria, a través de su presidente Hafez al-Asad, mantenían el objetivo común del ataque a Israel, pero los sirios no deseaban, en caso de victoria, iniciar proceso diplomático alguno de apaciguamiento, ni reconocer al Estado de Israel.

En 1972, Sadat había nombrado a Ahmad Ismail Ali, ministro de defensa. A finales del mismo año Leonid Brézhnev había pedido a Sadat que apoyase una política de distensión a pesar del fracaso de los anteriores intentos. Sin embargo, Egipto hizo oídos sordos y se desentendió de las posiciones soviéticas. Tras ascender Ismail al cargo de comandante en jefe de los ejércitos de Egipto, Siria y Libia en virtud de la unión bajo el nombre de Federación de Repúblicas Árabes, Egipto abrigó la esperanza de que Siria se implicaría en una ofensiva a gran escala desde dos frentes, que permitiera el triunfo contra Israel. El interés por Siria no era sólo fruto del panarabismo, sino que éste país seguía recibiendo suministros soviéticos de armas en gran cantidad, como los misiles Sam y aviones MiG-21, mientras que Egipto, tras desoír a Brézhnev, tenía una limitada capacidad de renovar su material militar. El 12 de junio de 1973, Sadat visitó Siria y acordó con Assad el ataque definitivo. La operación se denominaría Operación Badr (Operación Luna Llena).

El 13 de septiembre, en el curso de unas maniobras aéreas según los sirios, o de un hostigamiento según los israelíes, trece aviones de combate soviéticos de aquel país fueron derribados por el ejército de Israel sobre el Mediterráneo, lo que provocó que Asad instara a su homólogo egipcio a iniciar el ataque cuanto antes.

La guerra

El 6 de octubre de 1973, día del Yom Kippur, fiesta judía, Egipto y Siria lanzaron su ataque contra Israel. La fecha había sido escogida con cuidado desde el punto de vista táctico, ya que la mayoría de la población civil israelí estaba ayunando y se encontraría en las sinagogas, las defensas estarían descuidadas y muchos soldados estarían de vacaciones (sin embargo los permisos del Yom Kippur habían sido cancelados por el jefe del estado mayor Israelí David Eleazar). La fecha tiene además una connotación simbólica para los musulmanes, pues según el calendario musulmán un 6 de octubre Mahoma decidió entablar la Batalla de Badr que le dio la primera victoria musulmana contra los infieles de la tribu de Quraish.

La profundidad territorial defensiva conseguida por Israel gracias a los nuevos territorios conquistados en 1967 (una barrera natural de 250 kilómetros de desierto del lado Egipcio, y el desierto de Judea y los Altos del Golán en los frentes jordano y sirio), proporcionaba a Israel la posibilidad de renunciar por primera vez en su historia a un ataque preventivo y dejar que los árabes hiciesen el primer movimiento, con el coste político internacional que debería suponerles una acción semejante. Esa baza estratégica, junto a la euforia por la fulgurante victoria en la Guerra de los Seis Días y su superioridad aérea, hicieron que Israel dudase de que los árabes se atreviesen realmente a realizar un ataque a gran escala, por lo que los israelíes se vieron sorprendidos y abocados a una desesperada defensa tanto por tierra como por aire.

Los Altos del Golán

La ofensiva siria

Los cazas sirios MiG-17 invadieron el espacio aéreo israelí alrededor de las 14:00 horas en la zona de los Altos del Golán donde comenzaron los ataques sobre blindados y las posiciones del Cuartel General del ejército israelí en la zona, con incursiones en Naffaj, Druze y Kuneitra principalmente.

Ofensiva y contraofensiva en los Altos del Golán

En esta última la artillería siria barrió la zona para eliminar a los tanques israelíes, iniciando la penetración de sus propias fuerzas acorazadas por todo el frente abierto, en la propia Kuneitra y Kushniva hacia Naffaj, mientras los israelíes trataban de organizarse para defender la zona dividiendo sus fuerzas. Por su parte, el ejército egipcio cruzó rápidamente el canal de Suez superando las primeras defensas hebreas. El ejército sirio era consciente de su inferioridad en cuanto a la capacidad para desplazarse alternativamente por el territorio, por lo que trató desde un primer momento alcanzar con rapidez sus objetivos antes de que los israelíes pudieran organizarse.

El Alto Estado Mayor israelí concentró sus esfuerzos bélicos primeramente en el norte. La península del Sinai era una amplia franja que los egipcios tardarían en superar, pero los Altos del Golan, estrechos hasta su cara sur, podían permitir a los sirios una fácil conquista. Mientras que los esfuerzos en la zona norte del Golán conseguían a duras penas mantener firmes a las fuerzas israelíes, por el sur la penetración de los carros sirios era significativa. Los primeros ataques aéreos israelíes resultaron desastrosos frente a las defensas antiaéreas sirias. Los israelíes perdieron más de cuarenta aviones F-4 Phantom II y A-4 Skyhawk, debiendo suspender las salidas.

Al final del primer día las tropas sirias habían alcanzado uno de sus objetivos fundamentales, el monte Hermon, mientras la mayoría de los blindados israelíes se retiraban. El Mar de Galilea era el siguiente objetivo sirio y mientras, su artillería se apostaba en las laderas del sur del Golán atacando las formaciones en retirada. Al día siguiente, 7 de octubre, los blindados israelíes se encontraron con el despliegue nocturno sirio en las cercanías de Najjaf donde carros tipo T-62, con los más antiguos T-34 y T-55 rusos darían cumplida cuenta de los Sherman israelíes, permitiendo el avance sirio más allá de Najjaf, ocho kilómetros en el interior de Israel. Más al norte, la situación era estable, gracias a las acciones de la aviación y al fuerte desgaste del ejército israelí.

La contraofensiva israelí

Cazabombardero F-4 Phantom II del tipo utilizado en la Guerra del Yom Kippur por Israel

El 8 de octubre unidades blindadas israelíes iniciaron una contraofensiva para detener el avance sobre Galilea en el frente norte. Se usó muy poco la aviación, vistas las bajas de los primeros días, y se empleó a fondo la superior movilidad de las unidades blindadas israelíes. A las 48 horas del contraataque, los sirios se encontraban de nuevo en ese frente en las posiciones iniciales antes de la guerra, con unas pérdidas de material superiores al 80%. [cita requerida]

En el frente norte, la presión sobre los sirios fue aumentando, aún con gran número de bajas. Se les desplazó hacia el Kushniya y se superaron las trincheras. La persistente acción israelí se vio sorprendida por una nueva ofensiva siria el 9 de octubre en Kuneitra que duró varias horas. Finalmente los sirios carecían de suministros suficientes y sus columnas de blindados y vehículos de transporte debieron frenar la acción y fueron superadas por el ejército israelí. El día 10 de octubre, los problemas sirios permitieron a la aviación israelí actuar destruyendo diversas bolsas de unidades sirias aisladas causando un gran número de bajas y pérdidas de material. Las pocas fuerzas restantes se retiraron a las fronteras anteriores al inicio de la guerra. El día 8 de octubre, la aviación israelí había castigado puntos estratégicos del Alto Mando sirio en la propia Damasco como respuesta a los cohetes Rana-7 que los sirios habían lanzado sobre la población israelí.

La moral siria había decaído desde entonces. El 11 de octubre, unidades acorazadas israelíes se internaron en el corazón de Siria por el Norte, superando el monte Hermón sin tomarlo y por el centro se avanzaba hacia la capital. Por el sur el avance era rápido hasta que fue obstaculizado por tropas iraquies que habían penetrado en Siria para apoyar la operación las cuales, sin embargo, fueron rápidamente eliminadas y tomado el punto estratégico de Tel Shams, a pesar de que también unidades blindadas jordanas se unieron al intento de contraofensiva siria.

En estas posiciones, Israel dispuso una línea defensiva muy fuerte y se quedó a 40 kilómetros de Damasco, amenazando con el uso de la artillería sobre la capital.

La ofensiva egipcia en el Sinaí

Ofensiva egipcia en la Península del Sinaí del 6 al 13 de Octubre

Tras cuatro oleadas de fuego artillero que barrieron la orilla oriental del Canal de Suez, tropas egipcias de infantería en número de entre siete y ocho mil hombres cruzaron el Canal y ocuparon posiciones de norte a sur (Kantara, Ismailia y Shalufa) armados con material antitanque y misiles antiaéreos SAM 7. Frente a los primeros movimientos de blindados israelíes la respuesta de la infantería causó numerosas bajas y permitió a las unidades desplegarse en el terreno y recibir un segundo regimiento para tomar las escasas y precarias posiciones israelíes. Al mismo tiempo un centenar de cazas egipcios destruyeron varias posiciones enemigas y los sistemas de comunicaciones del Sinaí.

Tras la infantería, las fuerzas de zapadores e ingenieros egipcios consiguieron abrir una cincuentena de pasos a través de los muros de arena de contención y defensa, estableciendo la comunicación de las dos orillas del Canal con una decena de transportes fluviales y otros tantos pontones. En la noche se consiguieron trasladar al Sinaí cinco divisiones de infantería, parcialmente mecanizada, y unos quinientos carros de combate. El objetivo egipcio era tomar alguno de los pasos internos de la península -en la costa no era posible el avance de los blindados-. Para apoyar la ofensiva, los helicópteros colocaron tras las líneas israelíes varios comandos de choque que fueron inutilizados o destruidos con relativa facilidad.

El 8 de octubre la zona sur de la península fue dividida en tres sectores por los israelíes para el inicio de una contraofensiva que les devolviera al Canal y partiese en dos el ejército egipcio. El primer ataque en Ismailia resultó fallido; el segundo, a cargo del general Ariel Sharón, consiguió llegar al Canal por el Gran Lago Amargo pero fuertemente debilitado, por lo que debió frenar su avance siguiendo las indicaciones del Mando Supremo del Ejército y soportar el fuego enemigo con grandes pérdidas.

El 11 de octubre, el ejército egipcio tomó la decisión de avanzar posiciones hacia el interior del Sinaí en una arriesgada maniobra que obligaba a desplazar los blindados de apoyo de la retaguardia a primera línea. La acción estaba motivada en las peticiones sirias a Sadat para que ofreciese una mayor presión en el sur y evitar los daños que los sirios estaban recibiendo en los Altos del Golán.

Contraofensiva israelí en el Sinaí

Contraofensiva israelí en el Sinaí entre el 15 y el 23 de octubre

El 14 de octubre alrededor de quinientos blindados egipcios iniciaron la penetración, sobre todo por el centro y la costa sur, siendo frenados en toda la línea por los israelíes que, conocedores con antelación de los planes enemigos y ante la falta de suministros suficientes, habían preferido esperar. La falla de la arriesgada operación obligó a un repliegue egipcio con unas pérdidas de más de doscientos blindados. La situación permitía ya la contraofensiva israelí.

Durante la primera semana de la guerra, Siria y Egipto habrían podido hacer más daño al ejército de Israel, ocupar más territorio, e infligir graves daños a las ciudades. Pero las deficientes comunicaciones entre ambos ejércitos atacantes y la descoordinación jugarían en su contra.

El 15 de octubre por la noche, Sharón, con tres brigadas acorazadas, una brigada de infantería con unidades de paracaidistas de élite y una brigada de ingenieros, inició una operación para alcanzar la orilla oeste del Canal de Suez frente a la 21 Brigada Acorazada egipcia comandada por el general Sad Mam. Se llegó al Canal pero no se pudo cruzar aquella misma noche. El 16 de octubre un grupo reducido de paracaidistas israelíes habían llegado a la ribera occidental, pero con una fuerte oposición egipcia que impedía el avance de las unidades acorazadas.

Archivo:Yom Kippur bridge.jpg
Pontón del Ejército Israelí sobre el Canal de Suez

El día 17 sólo una veintena de carros habían logrado cruzar el paso pero no se había conseguido colocar alguno de los puentes que transportaban los ingenieros. La artillería egipcia bombardeó sin cesar las posiciones israelíes y había causado graves daños a la unidad de ingenieros. En estas circunstancias se optó por avanzar hacia el sur, en dirección a Suez y que los Lagos Amargos sirviesen de protección al avance, asegurando un frente de entre veinte y treinta kilómetros donde los egipcios no pudieran penetrar. La operación podía permitir embolsar al Tercer Ejército egipcio. Finalmente entre el 17 y el 18 las unidades de ingenieros israelíes consiguieron establecer dos pontones por los que pasaron los blindados, al tiempo que habían sido destruidos muchos de los lanzadores de misiles SAM lo que permitió un pasillo aéreo para atacar las posiciones egipcias en el interior.

Batallas navales

La Batalla de Latakia entre los Sirios y los Israelíes se desarrolló el 7 de octubre, segundo día del conflicto. Fue una rotunda victoria israelí, que demostró además la eficacia de los barcos militares equipados con equipos de autodefensa ECM. La marina israelí logró su superioridad naval en el Mediterráneo con una segunda victoria el 9 de octubre en Damieta sobre la marina egipcia.

Además, tanto la marina siria como su homóloga egipcia prepararon diversos ataques y operaciones comando (realizadas por nadadores de combate) contra las bases navales enemigas.

Al terminar el conflicto, el balance fue muy positivo para Israel, que habia hundido o gravemente dañado 15 embarcaciones enemigas, mientras que tan solo ha perdido 2 patrulleras ligeras en el Mar Rojo, frente a los egipcios.

Las dificultades para el fin de las operaciones militares

Una vez que la cabeza de puente sobre Suez se había instalado, Leónidas Bréznev, consciente de que las fuerzas árabes se encontraban ya perdidas solicitó al Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que ambos intervinieran conjuntamente para solicitar un alto el fuego. El 20 de octubre el Secretario de Estado, Henry Kissinger, se desplazó a Moscú para una entrevista urgente con las autoridades soviéticas a fin de poner término a la guerra. Fruto de las negociaciones fue que al día siguiente, el Ejército Egipcio reconoció por vez primera la presencia de tropas israelíes en la zona del Canal, aunque en realidad se encontraban más allá, en la carretera que unía Suez con El Cairo tratando de rodear al Tercer Ejército egipcio. El mismo día, 21, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de manera urgente con una propuesta conjunta de Estados Unidos y la Unión Soviética que se aprobó, constituyendo la Resolución 338 que, en síntesis, estableció:

  • La obligación de las partes de finalizar las operaciones militares en doce horas y cesar el fuego, permaneciendo las unidades militares en los lugares que ocupasen en ese momento, esto es, las seis de la madrugada del día 22 de octubre.
  • En segundo lugar se conminaba a que, una vez establecido el cese del fuego, las partes negociasen un acuerdo de paz.
  • En tercer lugar, se exigía el cumplimiento de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad.

A pesar de la Resolución, las hostilidades continuaron en Suez, donde las fuerzas israelíes terminaron de embolsar al Tercer Ejército egipcio. Una nueva resolución del Consejo de Seguridad, la 339, reunido a petición del Presidente Sadat, reiteró la resolución 338 y exigió a las partes volver a la situación del día 21, aunque Isarel hizo caso omiso y permaneció en sus posiciones, continuando la guerra. La Unión Soviética, viendo perder a sus socios árabes, movilizó a parte de su flota en el Mediterráneo (entre ellos dos portahelicópteros) y varías divisiones de paracaidistas junto con los aviones de transporte y lanzamiento correspondientes, bajo la amenaza expresa a Estados Unidos de desplegar tropas propias para poner a salvo al Tercer Ejército si Israel continuaba la ofensiva. Estados Unidos, por su parte, declaró la alerta nuclear, especialmente criticada por los miembros europeos de la OTAN que no habían sido consultados.

Mientras las acciones militares continuaban, Egipto bloqueó la entrada al Mar Rojo en el estrecho de Tirán -en un acto de presión que Israel consideró como "acción de guerra"-, también ordenó al Tercer Ejército una operación militar con apoyo de artillería y cazas para salir de la bolsa en la que se encontraba y mostró ante la opinión pública internacional su decisión firme de no negociar el intercambio de prisioneros si Israel continuaba sus acciones. Siria se unió a esta última estrategia con el beneplácito de la URSS. Así, el Tercer Ejército egipcio inició una maniobra para levantar el bloqueo el día 26 de octubre pero le fue imposible. Ese mismo día, Estados Unidos exigió a Israel el fin inmediato de las operaciones y que permitiese la llegada de un mínimo de suministros al Tercer Ejército, todo ello a cambio de que serían las posiciones del día 26, y no las fijadas en la Resolución 338, las que se tendrían en cuenta en las futuras negociaciones.

El 27 de octubre Israel y Egipto cesaron el fuego. A 100 kilómetros de Damasco se situaba la artillería israelí. Sus blindados se encontraban igualmente a 80 kilómetros de El Cairo.

Finalización del conflicto

Situación de los territorios tras el conflicto: en azul claro los territorios de Israel antes de la Guerra de los Seis Días; en azul más oscuro los conquistados después de dicha guerra; en verde los ocupados tras la Guerra del Yom Kippur; en rojo los ocupados por Egipto.

A propuesta del Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim, se acordó por unanimidad del Consejo de Seguridad el envío a la zona de conflicto de fuerzas de interposición de países que no hubiesen intervenido directa o indirectamente en el conflicto y tuviesen buenas relaciones con los contendientes. Así se acordó que la expedición de paz estuviese formada por miembros de los ejércitos de Austria, Finlandia y Suecia.

El acuerdo de alto el fuego entre Israel y Egipto se firmó el 11 de noviembre en el kilómetro 101 de la carretera que unía Suez y El Cairo en el que se acordaron las fórmulas de intercambio de prisioneros y el suministro de alimentos y combustible al Tercer Ejército. Por su parte, la Conferencia de Paz que auspiciaba Estados Unidos en Ginebra fue un fracaso al no asistir Siria ni estar invitada la Organización para la Liberación de Palestina. No obstante se inició formalmente el 21 de diciembre con la asistencia, además de los contendientes, de Jordania, Estados Unidos y la URSS. Al poco de abrise la sesión y con las declaraciones iniciales se dio por pospuesta sine die. Egipto e Israel mantuvieron negociaciones secretas que dieron fruto el 18 de enero de 1974 con la separación de ambos ejércitos, hasta ese momento fijos en las posiciones del 27 de octubre anterior. El acuerdo estableció la salida del ejército israelí de la zona occidental del Canal de Suez y la creación de una línea de separación de 11 kilómetros en la que se desplegaría la fuerza de las Naciones Unidas, limitándose el número de tropas de ambos bandos y la capacidad de la ONU para inspeccionar el cumplimiento de los acuerdos. Por su parte, las negociaciones sirio-israelíes culminaron el 31 de mayo. Israel se retiraba de la zona este ocupada en los Altos del Golán durante el conflicto y hasta las posiciones del alto el fuego de 1967, así como se producía un complejo intercambio de prisioneros que aún se cuestiona por la parte israelí, estableciéndose una línea de interposición de fuerzas de la ONU.

Las negociaciones posteriores

Tras los acuerdos que confirmaron el alto el fuego, Egipto e Israel iniciaron conversaciones reservadas bajo el patrocinio de Estados Unidos destinadas, en un futuro lejano, a fomentar un acuerdo de paz estable entre los dos países. La situación se vio favorecida, por un lado, el impacto que en la sociedad israelí había supuesto la guerra de 1973; por otro, las posiciones de Sadat que, alejándose de las tesis soviéticas, buscaba estabilizar su política internacional con Israel. Así, el 10 de octubre de 1975, delegaciones de ambos países firmaron un Convenio en Ginebra cuyo contenido era:

  • Israel abandonaba los campos petrolíferos de Abu Rodeis de los que recibía la mayor parte de su sumnistro. Al mismo tiempo, Estados Unidos e Israel firmaban un acuerdo secreto por el que aquél suministraría a éste el petróleo que necesitase en el futuro.
  • Israel dejaba varios pasos que pasaban a ser controlados por la ONU, mientras que ésta desplazaba más al interior del Sinaí su zona, dejando que las tropas egipcias ocupasen la misma.
  • Israel y Egipto podrían mantener o incrementar los sistemas de control eléctrónico en el suelo fuera del espacio asignado a la ONU.
  • Egipto se comprometió a levantar los bloqueos en el Mar Rojo y permitir que a través del Canal de Suez circulasen en ambos sentidos buques que suministrasen material no militar a Israel.
  • Igualmente, Egipto renunció a la guerra unilateral y a efectuar amenazas contra Israel salvo que éste atacase a un país árabe.

Consecuencias

Egipto sintió que moralmente se resarcía de las humillantes derrotas anteriores - por fin podría asestarle un golpe a Israel para que lo tomaran en serio -, y se restableció un cierto equilibrio simbólico con Israel. Esto facilitó que el principal país árabe se alejase de las tesis soviéticas y se acercase más a los Estados Unidos, mientras Siria mantuvo su vinculación a la URSS. La aproximación de Egipto al mundo occidental favorecería diversos acuerdos con Israel (Sinaí I y Sinaí II), que culminaron en los acuerdos de Camp David unos años después. Pese a todo, la intensa actividad diplomática dio lugar a una paz equívoca[7] pues estuvo acompañada de una escalada terrorista internacional por parte de grupos palestinos y de un inusitado acorralamiento diplomático contra Israel, gracias a la mayoría automática que formaron en la ONU los países árabes y el bloque del Este, que provocó más de 20 resoluciones consecutivas contra el Estado judío.

Pero las implicaciones internacionales fueron mucho más allá del ámbito político: el embargo petrolero a Occidente y la rebaja de la producción de los países árabes productores de petróleo, en represalia por su respaldo a Israel, desencadenó la drástica subida del crudo y una crisis en las economías industrializadas tras casi tres décadas de crecimiento ininterrumpido. Paradójicamente, Israel no sufrió esta crisis de suministro gracias a algunos pozos que conservó en el Sinaí.

Referencias

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Yom_Kipur

Maria Linarez CI 19881179

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Guerra de los Seis Días


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La Guerra de los Seis Días, también conocidacomo Guerra de junio de 1967 en la historiografía árabe,[2] fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967. Tras la exigencia egipcia a la ONU de que retirase de forma casi inmediata sus fuerzas de interposición en el Sinaí (UNEF), el despliegue de fuerzas egipcias en la frontera y el bloqueo de los estrechos de Tirán, Israel, temiendo un ataque inminente, lanzó un ataque preventivo contra la fuerza aérea egipcia. Jordania respondió atacando las ciudades israelíes de Jerusalén y Netanya. Al finalizar la guerra, Israel había conquistado la Península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este (incluyendo la Ciudad Vieja) y los Altos del Golán.

Tras numerosos enfrentamientos fronterizos entre Israel y sus vecinos árabes, en particular Siria, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser expulsó a la Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas (UNEF) de la Península del Sinaí mayo 1967.[3] La fuerza de mantenimiento de la paz estaba situada en la región desde el final de la Crisis de Suez en 1957. Egipto acumuló 1.000 tanques y unos 100.000 soldados en la frontera con Israel[4] y cerró los Estrechos de Tirán a todos los buques que enarbolan banderas israelíes o llevaban materiales estratégicos, recibiendo un fuerte apoyo de otras naciones árabes.[5] Israel respondió con una movilización similar que incluyó el reclutamiento de 70.000 reservistas para aumentar el ordinario de las fuerzas de las FDI.[6]

La Guerra de los Seis Días se inscribe dentro del conjunto de guerras libradas entre Israel y sus vecinos árabes, tras la creación del Estado de Israel (1948) en parte del Mandato británico de Palestina. Estos seis días de 1967 concitaron la atención mundial y resultaron claves en la geopolítica de la región: sus consecuencias han sido profundas, extensas y se han hecho notar hasta hoy día, teniendo una influencia decisiva[cita requerida] en numerosos acontecimientos posteriores, como la Guerra de Desgaste, la Guerra de Yom Kipur, la masacre de Múnich, la polémica sobre los asentamientos judíos y el estatus de Jerusalén, los acuerdos de Camp David y Oslo o la Intifada.

Antecedentes

En 1947, la Organización de las Naciones Unidas estableció un plan para la división del Mandato Británico de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, quedando Jerusalén y Belén bajo control internacional. Los países árabes y los líderes de la comunidad árabe palestina rechazaron el plan y atacaron al recién creado Estado de Israel el mismo día de su proclamación, dando lugar a la Guerra árabe-israelí de 1948, que acabó con la victoria de los israelíes, su independencia definitiva y la ampliación del territorio de Israel. Por su parte, Egipto se apropió la Franja de Gaza y Transjordania ocupó Cisjordania y parte de Jerusalén (rebautizando el país con el nombre de Jordania).

Los países árabes no aceptaron el resultado de esta guerra y continuaron con acciones de guerrilla contra Israel, lo que llevó a este país a intervenir junto a Francia y el Reino Unido en la Guerra de Suez (1956). Esta guerra fue una victoria militar, pero una derrota política para los tres aliados, ya que la gran presión diplomática por parte de los Estados Unidos y de la Unión Soviética forzó a Francia, Inglaterra e Israel a retirar sus ejércitos. A cambio de retirar sus ejércitos del Sinaí, Israel obtuvo indirectamente de Egipto el compromiso de detener sus envíos de armamento a las guerrillas que luchaban contra Israel. Como resultado, las relaciones entre Egipto e Israel se tranquilizaron (en la medida en que esto era posible) por un tiempo. Además, un cuerpo especial de la ONU, conocido como UNEF por sus siglas en inglés, fue desplegado en la península del Sinaí, interponiéndose entre israelíes y egipcios.

5 de junio: Operación Foco

La avanzadilla del Jordán. 5-7 de junio

La guerra comenzó el 5 de junio, cuando Israel lanzó la Operación Foco, ideada entre otros por Ezer Weizman. Esta operación consistía en una serie de ataques a primera hora de la mañana contra las bases aéreas egipcias, para atrapar a los aviones egipcios en tierra a la vuelta de su tradicional primera ronda al amanecer, alrededor de las 8:00 de la mañana. Israel poseía una información extremadamente detallada de las bases egipcias a atacar, llegando a incluir una lista completa de todos los pilotos egipcios y su rango, así que la hora de ataque fue escogida para maximizar el número de aviones enemigos en tierra. En los diversos ataques israelíes durante la mañana del 5 de junio, Egipto perdió 286 de sus 420 aviones de combate, así como 13 de sus más importantes bases aéreas y 23 estaciones de radar. Israel, por el contrario, perdió sólo 19 de sus 250 aviones de combate.[18]

Las graves pérdidas sufridas por los egipcios, tanto en aviones como en bases de lanzamiento de aviones, dieron a Israel ventaja en los combates aéreos durante toda la guerra, explicando en parte el favorable desarrollo de la misma para el bando israelí.

Pocos minutos después del comienzo de la Operación Foco, las fuerzas terrestres de Israel, divididas en 3 divisiones comandadas por Ariel Sharón, Abraham Yoffe e Israel Tal invadieron la península del Sinaí defendida por 7 divisiones egipcias. Tal no encontró resistencia en el norte del Sinaí, ocupando así la Franja de Gaza. Sin embargo, Sharon y Yoffe encontraron una fuerte resistencia por parte de las tropas del general Sa'di Nagib en Umm Qatef.

En el frente central, Israel tenía la esperanza de que la participación de Jordania en la guerra sería sólo testimonial y una confrontación real no llegaría a producirse; sin embargo, esta esperanza se vio defraudada cuando las tropas jordanas lanzaron, alrededor de las 11:15 de la mañana, una serie de bombardeos sobre la parte israelí de Jerusalén y un ataque sobre algunos de los principales edificios, entre ellos, la Casa de Gobierno. A las 12:30 del mismo día, las fuerzas aéreas israelíes atacaron a las fuerzas aéreas jordanas, atrapándolas en tierra y destruyéndolas en gran medida.

En el frente norte, Siria usó su artillería ubicada en los Altos del Golán para bombardear los asentamientos israelíes de Galilea, mientras que la aviación israelí destruía más del 60% de la fuerza aérea siria.

6 de junio: Captura de Umm Qatef y Gaza, cerca de Jerusalén

En la mañana del 6 de junio, las divisiones de Sharon y Tal conquistaron Umm Qatef y El-Arish, mientras que Yoffe avanzó por el centro de la península del Sinaí en una carrera por ocupar los principales pasos antes que las tropas egipcias y lograr así su captura. En Gaza, por el contrario, tras cruentos combates que provocaron la mitad de las bajas israelíes en todo el frente sur, los principales centros de mando egipcios se rindieron, permitiendo a Israel ocupar totalmente la Franja.

La guerra alcanzó ese día también a las tropas de tierra de Israel en el frente central, que ocuparon Latrún, Ramala y Yenín, a la vez que se completaba el cerco de Jerusalén y las unidades de paracaidistas se preparaban para el asalto al centro histórico, la Ciudad Vieja. Las fuerzas aéreas israelíes realizaron ataques contra la base iraquí H-3, probablemente la última esperanza jordana de recibir cobertura aérea para el resto de la guerra.

En el norte, Siria continuó con sus ataques contra los núcleos israelíes, pero se negó a enviar tropas en auxilio de Jordania

7 de junio: Captura de Jerusalén

Invasión del Sinaí. 7-8 de junio

Con la captura de Sharm el-Sheij el 7 de junio por parte de unidades de la marina y de paracaidistas, Israel logró reabrir los estrechos de Tirán, e inmediatamente declaró un estatuto de agua internacional de libre paso para los barcos mercantes. Al mismo tiempo, las tres divisiones israelíes del frente sur apresuraron su marcha, llegando a alcanzar el Canal de Suez. Al acabar el día, toda la península del Sinaí —excepto parte de la costa occidental— estaba bajo control israelí.

En el frente central se produjo uno de los hechos más significativos de toda la guerra, cuando la brigada de paracaidistas del general Mordejai "Mota" Gur ocupó la Ciudad Vieja de Jerusalén, incluyendo el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas. Asimismo, las divisiones israelíes en Cisjordania ocuparon Nablús, Judea y Hebrón entre otras ciudades, llegando incluso a cruzar el río Jordán.

8 de junio: Ataque contra el Liberty, propuesta de tregua

El 8 de junio no se produjeron combates de importancia en ningún frente, destacando sólo la ocupación de algunas pequeñas localidades en Cisjordania y el Sinaí. Sin embargo, debido probablemente a un error de identificación, las fuerzas aéreas y navales de Israel atacaron el barco estadounidense Liberty, provocando 34 muertos y 173 heridos. Las 13 comisiones oficiales de investigación (10 en Estados Unidos y 3 en Israel) han concluido que el ataque se debió a un error israelí.

Asimismo, el 8 de junio se realizó una propuesta de tregua que fue aceptada por Egipto pero no por Siria, lo que llevó a Israel a lanzar la campaña contra Siria de los días 9 y 10 de junio. A partir de este día, casi no hay actividad en los frentes sur y central de la guerra.

[editar] 9 de junio: Altos del Golán

Batalla de los Altos del Golán, 9-10 de junio

Los falsos informes que emitía Egipto acerca de una aplastante victoria contra el ejército israelí[19] y las previsiones de que la artillería egipcia pronto estaría en Tel-Aviv influenciaron sobre la voluntad de Siria para entrar en la guerra. El liderazgo sirio comenzó a bombardear y llevar a cabo ataques aéreos en el norte de Israel. En cuanto la Fuerza Aérea Israelí completó su misión en Egipto, se dedicó a destruir a la sorprendida Fuerza Aérea de Siria. Así fue que Siria entendió que la noticia de que había escuchado de Egipto acerca de la supuesta destrucción casi total del ejército israelí, evidentemente no pudo ser cierta.[20] Durante la noche del 5 de junio, los ataques aéreos israelíes destruyeron las dos terceras partes de la Fuerza Aérea de Siria, y obligó a la tercera parte restante a retirarse a bases distanciadas, sin participar en ninguna otra operación subsiguiente en la guerra.

Una amplia ofensiva Siria fracasó rápidamente. Entre los varios problemas con los que se encontró Siria incluían que los tanques eran demasiado amplios para atravesar los puentes, por esta causa varios tanques sirios se hundieron en el río Jordán al intentar cruzarlo; la falta de comunicaciones por radio entre los tanques y las unidades de infantería ignoraron la orden de avanzar. Un informe del ejército sirio posterior a la guerra llegó a la conclusión de que "Nuestras fuerzas no pasaron a la ofensiva, ya sea porque no llegaron o porque no estaban del todo preparadas o porque no podían encontrar refugio de los aviones del enemigo. Las reservas no pudieron resistir los ataques aéreos, una vez dispersos su moral se hundió."[21] Asumiendo las reales pérdidas, el ejército sirio emprendió la retirada la noche del 9 de junio.

El comando sirio abandonó la esperanza de un ataque terrestre y en su lugar comenzó un masivo bombardeo a las ciudades y a los civiles israelíes en el Valle de Jule.

El ejército sirio se componía de unos 75.000 hombres agrupados en nueve brigadas, con el apoyo de una adecuada cantidad de artillería y blindados. Las fuerzas israelíes que se utilizaron en los combates constaban de dos brigadas (una blindada conducida por Albert Mandler, y la Brigada Golani) en la parte norte del frente, en Givat HaEm, y otras dos en el centro. Una de las ventajas que Israel poseía era la excelente inteligencia recopilada por el Mosad obtenida a través de Eli Cohen (quien fue capturado y ejecutado en Siria en 1965) en relación con las posiciones de batalla de Siria. Siria había construido extensas fortificaciones defensivas en profundidades de hasta 15 kilómetros,[22] comparable a la Línea Maginot.

Sin embargo, las fuerzas sirias se mostraron incapaces de presentar una defensa eficaz, en gran parte porque los oficiales eran mediocres y maltrataban a sus soldados; a menudo los oficiales se retiraban para escapar del peligro, abandonando a sus hombres dejándolos desconcertados e inoperantes. En la noche del 9 de junio, las cuatro brigadas israelíes habían quebrado las defensas de la meseta.

Al día siguiente, el 10 de junio, los grupos del centro y norte se unieron en un movimiento de pinza en la meseta, pero se encontraron con el territorio abandonado tras la huida de las fuerzas sirias. Varias unidades fueron reunidas por Elad Peled para subir al Golán desde el sur, para encontrar las posiciones enemigas prácticamente abandonadas. Durante el día las unidades israelíes se detuvieron después de la obtención del campo de maniobra entre sus posiciones y una línea de colinas volcánicas en el oeste. En algunos lugares, las tropas israelíes avanzaron después de un acuerdo sobre un cese al fuego para ocupar posiciones estratégicas.[23] Hacia el este, el terreno se presenta como una suave llanura en pendiente. Esta posición se convirtió en la línea de cese del fuego conocida como la "Línea Roja".

10 de junio: Último día de guerra

Ante la retirada de las tropas sirias, las divisiones israelíes pudieron avanzar en todo el frente, llegando a ocupar la importante ciudad de Quneitra, y con el camino expedito hacia Damasco. Sin embargo, ante la inmensa presión diplomática, Israel aceptó el alto al fuego sugerido por el Consejo de Seguridad, terminando así la guerra.

Consecuencias de la guerra

Israel dio por finalizada la Guerra de los Seis Días habiendo aumentado su territorio considerablemente, con la incorporación de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí. Desde el punto de vista militar, tras dos décadas de fragilidad estratégica, Israel obtuvo por primera vez en su historia profundidad territorial, que le concedería capacidad defensiva para defenderse de la artillería árabe lejos de las ciudades israelíes y para evitarse en adelante la obligación de realizar ataques preventivos ante cada amenaza, con el coste que ello supone a efectos de opinión pública. La situación dio por tanto un vuelco geoestratégico y ahora serían las capitales árabes (Ammán, Damasco y El Cairo) las que quedaban al alcance de cualquier incursión rápida del Tsahal. Además de la expansión territorial y del «colchón» defensivo, Israel demostró en el plano psicológico a sus vecinos árabes su capacidad para defenderse militarmente, y su voluntad para usar dicha capacidad.

Pese a la euforia inicial, en el plano político la situación no fue tan favorable a Israel y la guerra envenenó aún más el conflicto árabe-israelí. Merced a los territorios conquistados, que inicialmente estaban destinados a ser moneda de cambio a cambio de una paz duradera,[24] Israel se convertiría en potencia ocupante y permanente de una población árabe muy hostil, lo cual estimuló el nacionalismo palestino, creándose nuevas amenazas internas en los territorios ocupados y alejándose toda perspectiva de una solución negociada a corto plazo. Los efectos de todo ello perduran hoy día.

Hubo otro efecto político muy importante y es el hecho de que el conflicto árabe-israelí quedó plenamente encajado en los esquemas de la Guerra Fría: la URSS, junto al bloque socialista, rompió relaciones diplomáticas con Tel Aviv e Israel se convirtió a los ojos de una buena parte de la opinión pública internacional en agresor y potencia ocupante y perdió su prestigio de pequeño país en lucha por su supervivencia.

Dio comienzo entonces al aislamiento internacional ilustrado por las muchas resoluciones contrarias a Israel en la ONU. Para algunos autores,[25] [26] [27] sin embargo, dicha respuesta internacional ha desembocado en la idealización y justificación incondicional de las acciones de sus enemigos, incluidos aquellos que practicaban el terrorismo, auspiciando el nacimiento de una nueva judeofobia, esta vez de cuño ideológico y centrado en el Estado judío.

Se suele coincidir en dos consecuencias fundamentales de la Guerra de los Seis Días y de toda la campaña diplomática posterior fueron:

  • Un giro en la percepción de Israel, que hasta entonces gozaba de la simpatía de la izquierda no comunista y en general de la opinión pública occidental.
  • El surgimiento de un "nuevo antisemitismo" (o "nueva judeofobia") en Occidente, esta vez de raíz ideológica (no "racista") invocando el "antisionismo" y el odio a Israel.[28]

Los países árabes se reunieron en Sudán y firmaron la resolución de Jartum. La derrota sufrida por Egipto, Siria y Jordania fue considerada humillante en esos países[cita requerida], que notaron una evidente intervención militar de algunos estados no involucrados, cosiderados supuestamente ajenos al conflicto o neutrales, como Estados Unidos y el Reino Unido para justificar el éxito de la operación Foco israelí[cita requerida]. La derrota militar de Egipto y Siria produjo un gran malestar en el mundo árabe, lo que llevó a mantener los años siguientes una guerra de desgaste con Israel y, finalmente, a un ataque conjunto egipcio-sirio en la Guerra del Yom Kipur que no alteró el mapa geopolítico establecido tras la Guerra de los Seis Días.

Israel devolvió el Sinaí a Egipto como parte de los acuerdos de paz de Camp David en 1982, más o menos al mismo tiempo que concedía la ciudadanía israelí a los habitantes de Jerusalén Este y de los Altos del Golán, cuyos territorios se incorporaron administrativamente a Israel, si bien sólo Jerusalén Este ha sido legalmente anexionada (véase Ley de Jerusalén). En agosto de 2005, Israel evacuó todos los asentamientos de la Franja de Gaza para ceder su control a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), siguiendo su plan de retirada unilateral israelí.

Referencias

  • Oren, Michael B. (2005). La Guerra de los Seis Días. Barcelona: RBA. ISBN 84-473-4603-X.
  • Barker, A. J. C (1974). La Guerra de los Seis Días. Librería Editorial San Martín - Madrid. ISBN 84-7140-093-6.
  • Abós, Álvaro (1982). La Guerra de los Seis Días. Hyspamerica Ediciones S.A. - Madrid. ISBN 84-7530-018-9 (Tomo 9).

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Yasser Arafat

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial Yasser Arafat participó en el incipiente movimiento palestino, que aspiraba a construir un Estado árabe independiente sobre la entonces colonia británica de Palestina, chocando con las aspiraciones judías sobre el mismo territorio. Se unió en 1944 a la Liga de Estudiantes Palestinos, de la cual fue presidente de 1952 a 1956.


Yasser Arafat

En dicho año Yasser Arafat participó en la fundación del movimiento Al-Fatah, componente principal de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que se creó en 1964; en 1968 pasó a presidir ambas formaciones, simbolizando desde entonces las aspiraciones palestinas a la posesión de un Estado propio frente a las ambiciones territoriales de Israel y de sus vecinos árabes.

Durante este tiempo sobrevivió a multitud de atentados y ejerció un papel moderador frente a las tendencias árabes radicales. Como máximo líder del movimiento, fue rechazado en muchos países occidentales por sus vinculaciones con el terrorismo árabe; pero tuvo también momentos de aceptación, como su alocución ante las Naciones Unidas en virtud del reconocimiento de la OLP como legítima representante del pueblo palestino (1974), o su admisión como miembro de la Liga Árabe (1976).

El ataque israelí al Líbano en 1982-85 privó a la OLP de las bases desde donde había organizado sus acciones armadas contra Israel y obligó a Arafat a refugiarse con su organización en Túnez. El protagonismo de la lucha palestina pasó entonces al interior, a las poblaciones de los territorios ocupados, que desde 1988 crearon un clima de rebelión permanente contra las autoridades israelíes (la Intifada).

Arafat intentó capitalizar ese movimiento proclamando simbólicamente la creación de un Estado palestino independiente (cuyo «gobierno en el exilio» presidía él mismo), que obtuvo el reconocimiento de más de sesenta países. Pero las sucesivas derrotas militares de los árabes acabaron por convencerle, a raíz de la desaparición de la Unión Soviética y de la Guerra del Golfo en los primeros años noventa, de la necesidad de llegar a un entendimiento con Israel.

El impulso de Estados Unidos a la apertura de un proceso de paz en Oriente Medio le dio la ocasión para iniciar conversaciones secretas con representantes israelíes, que condujeron a los acuerdos firmados en Washington en 1993: Arafat regresó a Palestina como titular de un gobierno autónomo (la Autoridad Nacional Palestina) que inicialmente sólo tenía poder sobre Gaza y Jericó (después se iría extendiendo al resto de Cisjordania).

Las dificultades para llevar adelante este proyecto fueron enormes, dada la oposición de los radicales árabes (que lanzaron una oleada terrorista en el interior de Israel y duros enfrentamientos militares en el sur del Líbano) y de los extremistas judíos (que llegaron a asesinar al primer ministro Rabin en 1995). Los retrasos y discrepancias en el plan de retirada israelí de los territorios ocupados añadían dificultad al proceso, viciado por problemas de fondo, como la falta de entendimiento sobre el futuro de Jerusalén (reclamada como capital tanto por el Estado israelí como por los palestinos) o la falta de apoyo por parte de Siria.

Su fallecimiento no hizo sino sumar incertidumbres a este proceso, pese a que Estados Unidos e Israel le consideraban últimamente como un obstáculo para la paz. Con todo, los esfuerzos de Arafat fueron reconocidos con la concesión, junto a Rabin, del Premio Nobel de la Paz y del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994.

Referencias

www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arafat.htm

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La Franja de Gaza

La Franja de Gaza fue una provincia del Mandato Británico de Palestina entre los años 1917 y 1948. Tras la partición decidida por la ONU en 1947 entre Palestina y el nuevo estado de Israel, la franja quedaba integrada al Estado palestino. Sin embargo, tras la guerra árabe-israelí de 1948, el territorio fue militarmente ocupado por Egipto.

En 1967 la franja fue conquistada por Israel. Así permaneció hasta 1994, cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo. Como parte del tratado, la Autoridad Nacional Palestina recibió el 80% del territorio.

Desde el inicio de la intifada o levantamiento palestino en 2000, el Ejército israelí realizó numerosas incursiones de represalia en la Franja. Los israelíes han instalado puestos de control fronterizos y han restringido los desplazamientos. La Knesset (Parlamento israelí) aprobó un plan de retirada para finales de 2005.

Población

La Franja de Gaza es una de las regiones más densamente pobladas del planeta. Con una superficie de 360 kilómetros cuadrados, acoge a casi millón y medio de palestinos. En su mayoría, éstos se alojan en los ocho campos de las Naciones Unidas. La franja está completamente cercada, excepto en la costa del Mar Mediterráneo. Las autoridades israelíes mantienen ocho puestos fronterizos, dos de los cuales (Erez al norte y Rafah al sur) pueden ser utilizados por los palestinos..

Asentamientos

Según el Derecho Internacional, la Franja de Gaza es parte del territorio palestino. Pese a ello, desde la década de 1970 los gobiernos israelíes intentaron consolidar la ocupación militar del territorio, estableciendo colonias de población civil judía. Así pues, dispersos entre el millón y medio de árabes se llegaron a instalar 9.000 israelíes, agrupados en distintas colonias protegidas por el ejército israelí, en especial al sur de la Franja.

Dichos asentamientos han sido causa primordial de conflicto entre Israel y los palestinos, al punto que el Parlamento israelí (Knesett) terminaría por aprobar una "Desconexión", presentada por el Primer Ministro Ariel Sharón. Dicho plan, que contemplaba la total evacuación hebrea a partir del 15 de agosto de 2005, se llevó a cabo con gran éxito en apenas unos días, aunque con alguna resistencia por parte de los colonos. Según el plan, los palestinos recuperaron todo el territorio de la Franja de Gaza e Israel retendría sus puestos de control en las fronteras, el espacio aéreo y el mar territorial.

Economía y situación humanitaria

Según la ONU, en 2006 casi dos tercios de la población de la Franja vivía bajo el nivel tolerable de pobreza, dependiendo de la ayuda humanitaria internacional. Antes de la intifada de septiembre de 2000, unos 30.000 palestinos habitantes de Gaza trabajaban en las industrias israelíes. En diciembre de 2003, esta cifra se redujo a 4.000, según cifras del Banco Mundial. Cada empleado palestino mantiene a un promedio de siete personas. Alrededor de 600.000 personas reciben ayuda alimentaria de la ONU.

En promedio, 45 palestinos murieron cada día del año 2004 como resultado de la creciente violencia y los enfrentamientos. Más de 24.000 palestinos han perdido sus hogares en los últimos cuatro años como resultado de las demoliciones llevadas a cabo por el Ejército israelí, que destruía en promedio 120 edificaciones cada mes.

Tras las elecciones en 2006, Hamás obtuvo el poder en la franja. Dicho partido se niega a reconocer al Estado de Israel, no renuncia a la violencia y se niega a los acuerdos anteriores firmados por la antigua OLP. En opinión de Israel, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, Hamás es una organización terrorista, por lo que dichas entidades congelaron todos los fondos con anterioridad destinados a la ayuda humanitaria antes brindada.

Control por parte del movimiento Hamas (de 2007 hasta el presente)

En junio de 2007 se intensifica la guerra civil entre las facciones palestinas de Hamás y Al Fatah. Hamas desbancó finalmente a Fatah, y el 14 de junio de 2007, la Franja de Gaza fue completamente tomada por Hamás, dando como resultado un gobierno de facto en el ámbito del gobierno de la Autoridad Palestina. Las represalias de Al Fatah contra Hamas en Cisjordania han llevado a un resultado opuesto.

Hamas continúa consolidando su posición en la Franja de Gaza. Ha expulsado del poder a funcionarios vinculados con Al Fatah, así como a otras autoridades de la Franja relacionadas con puestos de gobierno, servicios de seguridad, universidades, periódicos, etc. Hamás afianza cada vez más su poder militar: junto al acoso a la prensa, ha eliminado progresivamente las armas de manos de milicias periféricas, clanes y grupos delictivos. Con todo, no se han esforzado por controlar el continuo lanzamiento de misiles Qassam con destino a blancos civiles israelíes del otro lado de la frontera, tales como escuelas, fábricas, casas, etc. En respuesta, Israel ha cerrado todos los accesos a la Franja, suspendiéndose así el suministro de mercancías.

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