El Canal de Suez, financiado por Francia y Egipto, comenzó a operar en 1869, convirtiéndose rápidamente en un enlace vital entre Gran Bretaña y su colonia más importante, la India. Dada esta relevancia, Gran Bretaña compró su participación al gobierno egipcio. El canal conservó su importancia incluso tras la independencia de la India, puesto que se transformó en la principal ruta para transportar petróleo desde el Golfo Pérsico a Europa, resultando, por tanto, vital para todas las economías de Europa Occidental.
El oficial del ejército egipcio Gamal Abdel Nasser encabezó en 1952 un golpe de estado contra el gobierno del rey Faruq I de Egipto, reemplazando las políticas pro-europeas de éste último con una nueva política panarabista. En junio de 1956 Nasser fue elegido presidente y, como parte de su nueva política, implantó en el país lo que denominó el Nacionalismo Socialista Árabe. Posteriormente el gobierno de Nasser compró tanques a Checoslovaquia y reconoció diplomáticamente a la República Popular China. Con Nasser a la cabeza de Egipto, desató una campaña anti-occidental, por lo que buscó nacionalizar el Canal de Suez (hasta ese momento en posesión anglo-francesa), afectando los intereses económicos británicos y franceses, firmando a su vez acuerdos de ayuda mutua con Siria y Jordania.
La influencia del presidente Nasser en el mundo árabe y sus proclamas anti-israelíes eran tan significativas, que afectaba a la seguridad de Israel, y provocaba la antipatía de Gran Bretaña y Francia. En consecuencia, Inglaterra y EEUU se negaron a financiar la construcción de la Presa de Asuán, como se habían comprometido con anterioridad. Nasser en respuesta nacionalizó el canal el 26 de julio de 1956 con el objetivo de financiar tal construcción, lo que irritó considerablemente a Francia y al Reino Unido, principales accionistas del Canal de Suez y máximos beneficiarios del petróleo que por él circulaba.
Causas de la intervención israelí
En 1947 se aprobó el Plan de la ONU para la partición de Palestina, resolución que contemplaba la formación de dos Estados sobre el mandato británico. Los Estados árabes circundantes, así como la dirigencia árabe-palestina, rechazaron este acuerdo y le declararon la guerra al Estado judío al momento de declarar su independencia, lo que provocó la Guerra árabe-israelí de 1948, en la que participó, entre otros, Egipto. Esta guerra acabó con una victoria de Israel, que no sólo obtuvo su independencia, sino que vio su territorio ampliado con respecto al trazado del plan original de la ONU.
La victoria israelí causó un profundo sentimiento de humillación en la opinión pública de los países árabes, que demandaban una nueva guerra para destruir a Israel. Nasser, como político nacionalista, no podía permanecer insensible a estas demandas ante el riesgo de perder el apoyo popular, y por ende el poder, por lo que convirtió a Egipto en uno de los principales instigadores de la guerra de guerrillas contra Israel.
Al nacionalizar el canal el 26 de julio de 1956, Nasser ordenó el bloqueo de los estrechos de Tirán, vía de acceso a Eilat, principal puerto mercantil israelí en el Golfo de Aqaba y que le permitía comunicarse con los mercados del Sudeste de Asia a través del Mar Rojo y del Índico. En octubre de 1956, Egipto, Siria y Jordania firmaron una alianza militar, incrementando aún más la presión sobre Israel.
El plan de invasión
En una reunión en las afueras de París, Francia y el Reino Unido, contrariados por la nacionalización del Canal de Suez, acordaron aliarse con Israel, que buscaba castigar a Egipto por su apoyo a las guerrillas y su bloqueo de los estrechos de Tirán. El pacto alcanzado incluía una primera invasión israelí del Sinaí, seguida de una oferta de mediación anglo-francesa, que en caso de ser rechazada, se convertiría en casus belli contra Egipto.
El avance
El 29 de octubre de 1956, Israel decretó la movilización de sus fuerzas armadas a través de una planificación eficiente en sólo cuatro días y lanzó la invasión del Sinaí y de la Franja de Gaza, alcanzando rápidamente la zona del Canal de Suez. El desarrollo del conflicto fue para los israelíes de una planificación exitosa en el sentido de introducir la sorpresa, por lo cual afectó en todos sus aspectos al ejército egipcio. La subsiguiente oferta de mediación de Francia y el Reino Unido fue rechazada por Egipto, tal como esperaban, por lo que los dos países europeos comenzaron a bombardear a este último desde sus bases en Chipre y Malta el 31 de octubre. Reino Unido y Francia reunieron 80.000 hombres y una flota de más de 100 barcos, entre los que había 7 portaaviones. Nasser respondió hundiendo barcos comerciales en el canal, hasta un total de 40, lo que lo convirtió a la región en intransitable hasta principios de 1957. Los bombardeos fueron seguidos por un despliegue de paracaidistas en Port Said a partir del día 5 de noviembre, donde aviones y buques ingleses y franceses intervinieron en el conflicto para proteger el Canal de Suez, atacando Port Said y Port Fuad, por lo cual las tropas israelíes detuvieron su avance a 16 km al este del canal, situación que fue rechazada por los Estados Unidos, lo que permitió a Egipto la nacionalización del Canal; el mismo día que Israel completaba la conquista del Sinaí.
El día decisivo fue el 4 de noviembre, cuando definitivamente quedó la península del Sinaí en poder de Israel, completando la ocupación de dicha zona, con excepción de la franja ribereña del canal, encontrando simultáneamente al ejército egipcio derrotado. El 5 de noviembre de 1956, se dispuso el cese al fuego por parte de las Naciones Unidas.
Posteriormente las Naciones Unidas acordó la retirada de las fuerzas israelíes de la Península del Sinaí y la Franja de Gaza, del mismo modo que accedió a reconocer la frontera egipcio-israelí como una línea de tregua, la misma existente antes del conflicto acordada en el armisticio de 1949, siendo garantizada por las fuerzas de emergencia de las Naciones Unidas que se instalaron en territorio egipcio, ya que Israel no aceptó la instalación en su territorio de fuerzas de paz, acordándose la libre navegación de buques de Israel en el Estrecho y Golfo de Tirán.
La retirada
Estados Unidos y la Unión Soviética estaban en contra de la intervención de la triple alianza por distintas razones. La Unión Soviética se había convertido en uno de los principales aliados de Siria y buscaba incrementar su popularidad en el mundo árabe.
Estados Unidos, por su parte, alegó no haber sido informado de la invasión por sus aliados, y la administración de Dwight Eisenhower tenía que demostrar al mundo que no permitiría esa clase de comportamientos por parte de sus aliados si pretendía que sus denuncias de la intervención soviética en Hungría tuvieran alguna clase de credibilidad. El 30 de octubre Estados Unidos había llevado al Consejo de Seguridad una resolución que pedía la retirada israelí, aunque dicha resolución fue vetada por Francia y el Reino Unido.
La amenaza económica de Estados Unidos, unida a la amenaza de agresión de la Unión Soviética (que dijo planear usar "modernas armas de destrucción" contra Londres y París), fue determinante para la retirada de los aliados del Sinaí. Esta retirada fue auspiciada por Lester Pearson, quien sugirió la creación de un cuerpo especial de interposición, la UNEF y los Cascos Azules, entre Egipto e Israel, sugerencia que fue aprobada en la ONU y que más tarde le valió a Pearson el Premio Nobel de la Paz de 1957.
La retirada de los tres aliados se completó a principios de 1957. Israel había conseguido sus objetivos principales de asegurar el paso libre de barcos en los Estrechos del Tirán y el final de las incursiones guerrilleras dentro de su territorio. Reino Unido y Francia no consiguieron evitar la nacionalización del canal de Suez y perdieron influencia, mientras que Estados Unidos se convirtió en pieza clave en el Medio Oriente.
Consecuencias
Para Francia y el Reino Unido, la retirada forzada de la guerra fue una comprobación desalentadora de que ya no eran más que potencias subordinadas a los dos grandes poderes de la época, Estados Unidos y la Unión Soviética. El primer ministro británico, Anthony Eden, presentó la dimisión por la participación de su país en la guerra, mientras que en Francia, De Gaulle aumentó su desconfianza hacia Estados Unidos.
En Israel, la retirada forzosa dejó un sentimiento mixto, ya que aunque el ejército israelí no había encontrado ningún obstáculo serio en su avance por el Sinaí y su consiguiente victoria militar, demostró cuanto valía como fuerza militar y potencia en la región, a pesar de que ninguno de los objetivos políticos de la guerra había sido alcanzado: Egipto no se comprometió a modificar su actitud hacia Israel, aunque, al menos, reabrió el paso de los estrechos de Tirán a la circulación de barcos israelíes y permitió el asentamiento de la UNEF en la frontera con Israel.
Nasser se alzó como el claro beneficiado de la guerra. Aunque militarmente sólo había obtenido fracasos, políticamente salió reforzado ya que el canal continuó nacionalizado como propiedad egipcia y, ante los ojos de la opinión pública árabe, se había opuesto al Reino Unido, a Francia, y, sobre todo, a Israel sin haber sido derrocado del poder. Nasser en ese entonces fue aclamado como un héroe en el mundo árabe.
Sin un cambio de actidud por ninguna de las partes, era evidente que la crisis entre Israel y Egipto no tardaría en repetirse. En junio de 1967, tras un nuevo bloqueo egipcio de los estrechos de Tirán, estalló la Guerra de los Seis Días, continuación natural de esta guerra.
No se obtuvo la paz, sino que se volvió a la misma situación antes del inicio del conflicto y las fuerzas de emergencia de Naciones Unidas tomaron posesión a lo largo de la frontera de ambos países, cuyo objetivo era el de asegurar el cumplimiento del cese de las hostilidades.
Referencias
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Sina%C3%AD
secc1 C
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